sábado, 23 de abril de 2011



Aquí hay una canción
Desde el lado equivocado de la ciudad
Donde estoy atado
Al suelo
Por el sonido más solitario
Que golpea desde adentro
Y me está clavando.

Aquí hay una página
Desde el escenario más vacío
Una jaula o la cruz más pesada jamás hecha
Un indicador de la trampa más mortal jamás puesta.

Y te agradezco
Por traerme aquí
Por mostrarme mi hogar
Por cantar estas lágrimas
Finalmente veo
Que pertenezco aquí.

El calor y el más enfermizo
Dulce aroma de sábanas
Que se aferran de mis rodillas
Y mis pies
Pero me estoy ahogando en el tiempo
Hacia un ritmo desesperado.

Y te agradezco
Por traerme aquí
Por mostrarme mi hogar
Por cantar estas lágrimas
Finalmente veo
Que pertenezco aquí.

Se siente como en casa
Debí haberlo sabido
Desde mi primer respiro.

Dios envía al único verdadero amigo
Lo llamo mío
Pretendo que haré enmiendas
La próxima vez
Apreciaré la gloria del final de la línea.

Y te agradezco
Por traerme aquí
Por mostrarme mi hogar
Por cantar estas lágrimas
Finalmente veo
Que pertenezco aquí.

Dicen que solo los años nos hacen más humanos; que las vivencias hacen de la experiencia una evidencia de que la existencia es solo un juego emocional donde la pluralidad es el puente entre la soledad y la felicidad. Y hoy hago de las letras ajenas un pequeño homenaje literario-musical a todos aquellos que me han tendido la mano a pesar de mis fracasos; que me han curado las heridas en el vaivén de la vida; que en mis caídas han hecho de sus sonrisas el lazo que me sostiene. A ustedes, que han agrandado los limites de mi hogar, haciendo de la imaginación el punto final y de la amistad el principio de la línea de fondo existencial. Palabras hoy faltan para agradecer su estadía y compañía en mi camino vivencial, asi que hoy guardo silencio y dejo que el viento musité al Cielo que esto que siento es de verdad, tan real como la amistad con la que iluminan mi andar...

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